Carta abierta a todo los hermanos en Cristo México, D. F. Abril del 2010
PRESENTE
Por medio de la presente me dirijo a ustedes con todo respeto y amor en el Señor Jesucristo Señor y Cabeza de su Iglesia.
Hermanos, creo necesario en base a lo se suscita y corre entre los que fueron puestos como ministros al cuidado de la grey del Señor, declarar que hemos sido puestos por el Señor Jesucristo para apacentar, alimentar y dirigir correctamente a la grey del Señor..
Hnos. no dudo que las hermanas sean tan capaces y algunas mejores cumpliendo con su función y profesión, (Génesis 29:6 y 9) (Jueces 4:4-6 y 14) pero El Señor ha puesto al varón para que desempeñe este ministerio, ya que cuando hubo, más bien, cuando Dios permitió que algunas damas estuviesen al frente de su pueblo, fue debido al poco alcance y visión del varón así como su valor de poder afrontar la situación reinante del momento, y llevar acabo (Obedecer) el mandato del Señor (Números 12:2-8); y cuando esta quería sobrepasar las reglas que El Señor había puesto y a quién había puesto; fue expulsada enferma del campamento(Números 12:12-15). ¡¿Por qué exponer a las hermanas? Hnos. de ser así; el hecho de que nuestros presbiterios se ocupen en ordenar mujeres al santo ministerio, con este acto, estamos haciendo caso omiso del llamamiento directo que El Señor Jesucristo hiciere a los apóstoles (Juan 21:15-17; Hechos 9:5-6: 15 y 16) Pedro, Pablo y otros.. Si nuestro Señor Jesucristo hubiera querido que las damas de las cuales eran muchas que le rodeaban, fuesen ministras de su Palabra para su iglesia; se habría dirigido a las madres de sus discípulos o a sus esposas. Es sabido por muchos sabedores que ellas son una gran ayuda idónea al varón, al varón ministro, fue hecha para ser apoyo idóneo al varón (Génesis 2:18 y 21-24) ¡No podemos permitirnos y mucho menos demostrar nuestra cobardía e ineficiencia, acaso existe tanta deshonestidad en nosotros y en nuestros concilios, que no somos capaces de afrontar nuestra situación, dejamos a la deriva el futuro del pueblo por el cual El Señor Jesucristo se sacrificó. También puede ser el caso de que estamos cansados de liderar a un pueblo duro y obstinado; como hombres que somos no somos varones capases de gobernar y liderar en nuestras casas con los hijos, se lo dejamos a nuestras esposas porque somos incapaces de sujetarlos en amor y por ello queremos delegarlo a ellas, son ellas las que deben tomar el lugar que les corresponde ( I Timoteo 3:11; 5:10; Proverbios 31:10-31; II Timoteo 1:5; Tito 2:3-5); Ahora bien, nos corresponde hacernos responsables ante el Señor, no queramos hacer lo mismo que hacemos en el hogar, y hacer lo mismo en la Iglesia del Señor; Esto, El Señor nos lo demandará (II Timoteo 4:1-5), solo porque no queremos hacernos responsables y cargar con la dura tarea del ministerio; discúlpenme, pero esto que se esta permitiendo en nuestros presbiterios es una alocada decisión sin fundamento bíblico; porque creen ustedes que el Señor nuestro Dios se dignó delegarnos esta gran responsabilidad y digna tarea a nosotros los varones: (I Timoteo 6:11-14) para que seamos hombres de Dios (I Timoteo 3:1-7; 4:12-16), que llevan bien en alto el estandarte del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Dios enfáticamente dice: “Solamente esfuérzate y se muy Valente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley..” Josué 1:7. Y “Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús,” (II Timoteo 2:1-4)
De hacer lo contrario a lo que está escrito en la Palabra de Dios(I Timoteo 5:21 y 22), estamos minimizando y teniendo en poco la voluntad de nuestro Dios, Me atrevo a decir que por ello los gentiles blasfeman el nombre de nuestro buen Dios, y que debido a las flaquezas nuestras, lideramos mal, y de mala calidad. No dejemos que la decadencia eclesial y el evangelio social nos envuelvan, dejándonos arrastrar con la corriente hasta que el mar nos envuelva y ahogue; es verdad que en estos postreros días se han multiplicado los hombres que tendrán a bien engañar a su prójimo (II Timoteo3:1-5) por hacerse insensibles a la voz, pero ya es tiempo de abril los ojos, vestirse de la armadura de Dios y echar mano de la vida eterna. (Efesios 6:10-18 y I Timoteo 6:12 y 13).
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2
A T E N T A M E N T E
A. de I. “El divino maestro” Ezequiel López Jiménez
jueves, 29 de julio de 2010
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